El afán permanente por la disminución de costos de producción, el mejoramiento en la calidad de los productos y la búsqueda de una mejor eficiencia en la utilización de insumos así como en una mejor eficacia alimenticia, para lograr finalmente una competitividad comercial, han llevado al hombre a buscar alternativas permanentes en la alimentación y nutrición animal.Los rumiantes son herbívoros y su principal alimento son las plantas, las cuales contienen carbohidratos en forma de celulosa. Los microorganismos contenidos en el Rumen, tales como bacterias, hongos y protozoarios, hidrolizan éstos carbohidratos (polisacáridos) y aprovechan proteínas contenidas en los vegetales y el nitrógeno no proteico.
En su alimentación, el animal requiere de un nivel adecuado de ingesta de ácidos grasos volátiles. Se conocen como ácidos grasos volátiles aquellos de bajo peso molecular que se obtienen en la destilación durante el proceso de refinación de las grasas. El cambio de alimentación afecta directamente el tipo y el contenido de microorganismos en el Rumen, lo que repercute directamente en la calidad de alimentación y el metabolismo del rumiante. Para un cambio de alimentación es recomendable dar gradualmente un periodo de diez días de adaptación, iniciando con 20 gramos diarios e incrementando cada tercer día el doble hasta lograr la cantidad asignada. Teniendo claro que el consumo de grasas es básico para una buena alimentación y un adecuado proceso metabólico, se hace indispensable desarrollar mecanismos de ingesta de la misma buscando lograr una máxima asimilación, con un máximo de productividad resultante y con un mínimo de riesgos de trastornos fisiológicos y metabólicos del animal. Aunque existe una gran variedad de alternativas en el suministro de las grasas en el pienso del rumiante, se resume su clasificación en dos tipos básicamente:
- Grasas Endurecidas Hidrogenadas
- Grasas de Sobrepaso (Bypass Fats).
Las Grasas Hidrogenadas poseen gran contenido de ácidos grasos saturados, generalmente con alto contenido de ácidos palmítico y esteárico. Su ingesta puede ocasionar trastornos digestivos al desbalancear el contenido de microorganismos en el Rumen; esto sucede especialmente en dietas de mezclas sueltas. Las Grasas de Sobrepaso se pueden usar como suplemento para complementar el suministro de grasa directo. Este tipo de grasas tiene poca o ninguna actividad en el Rumen y su asimilación ocurre en el duodeno.
El primer tipo utilizado fueron las semillas enteras como Soya, Girasol ó Algodón y después el aceite de palma. Pero los ácidos grasos componentes de sus triglicéridos son muy solubles y alcanzaban a tener efecto sobre los microorganismos del Rumen. Es por ese motivo por lo que no deben suministrarse en grandes cantidades. Para evitar éstos problemas se han creado productos en cuyo interior se introduce la grasa pura, se recubren con una capa proteica y por último se evita la deshidratación en el Rumen mediante un recubrimiento externo de formaldehido, el cual es inerte al ataque microbiano y al pH del Rumen. Dentro de las grasas de sobrepaso se encuentran las sales cálcicas de ácidos grasos. Son el resultado de la reacción química entre los ácidos grasos y el calcio. Esta reacción produce un jabón insoluble en las condiciones del Rumen, pero totalmente hidrolizable en las condiciones de muy bajo pH del Abomaso. Las grasas son totalmente inertes a nivel de Rumen, por lo que no causan trastornos a la flora y resisten su ataque; a la vez tienen un alto nivel de aprovechamiento, luego de hidrolizadas, el cual se da entre el 85-95%. Este tipo de grasas protegidas posee una excelente palatabilidad y sus beneficios se evalúan no solo en el aspecto de aporte energético sino también en la mejora de calidad y cantidad en la producción de leche, en el metabolismo del rumiante y en la eficiencia reproductiva.
Las sales cálcicas de ácidos grasos tienen una granulometría adecuada para su mejor aprovechamiento al momento de su hidrólisis, mejor integración al resto de componentes del pienso y se comporta como aglomerante lo que facilita la producción de gránulos de gran dureza. [vc_empty_space][vc_single_image image=”14932″ img_size=”full”][vc_empty_space]En cuanto a la Producción de leche, La suplementación energética con grasa puede llevar a producir un aumento en la producción, pues existen evidencias que en lo rumiantes cerca del 50% de los ácidos grasos de la leche provienen de la grasa en la dieta.
El consumo de este tipo de grasas protegidas dependería del nivel de producción, por ejemplo: Las vacas consumirían aproximadamente 100 gramos por día preferiblemente 15 días antes del parto. Luego desde en parto y hasta los 100 primeros días de lactación, suministrar 10 gramos diarios de GANAGRAS por cada litro de leche producido. Con respecto a los animales en crecimiento y ceba es interesante observar que a mayor tasa de ganancia de peso la necesidad de grasa es mayor que la de proteína, por ello la suplementación a los animales de ceba con grasa sobrepasante da excelentes resultados logrando mayores rendimientos en canal, mejor marmoleo de la carne y mayores ganancias de peso por día. Las dosis utilizadas de grasa sobrepasante en la fase de terminación de animales de ceba, estará entre 100 a 150 gramos de grasa por animal/día, cantidades que están en concordancia con el aumento de 1.000 gr/día basados en una buena alimentación.GANAGRAS ofrece seguridad en su uso, debido a sus características su color puede ir desde un crema marcado a un crema muy claro debido a la mezcla de ácidos grasos utilizados. El sabor y olor a jabón agrada a unos animales y a otros se les debe enseñar incrementando el consumo poco como se anotó en líneas anteriores.
Tenemos argumentos suficientes para atender cualquier insatisfacción o reclamo acerca del producto.